"Este libro  trata sobre las relaciones que se dan entre los cuidadores y cuidadoras inmigrantes y sus empleadores de Barcelona. (...)

Durante la última década, al grupo de empleados del hogar se han incorporado los cuidadores de ancianos y niños. La contratación de cuidadores y cuidadoras ya no es un fenómeno reservado a las clases acomodadas, sino que se ha extendido también a las clases medias e, incluso, obreras. (...)

Puesto que es imprescindible que sean de confianza, a algunos de estos empleados se les paga el salario mínimo o más. Sin embargo, los que se encuentran en España "sin papeles" son especialmente vulnerables a la explotación. Independientemente de las condiciones de trabajo, en la mayoría de casos es la generación de hijos e hijas la que costea el cuidado de los ancianos, aunque el Estado está empezando a percatarse de las ventajas sociales que tiene el cuidado de los ancianos en el propio hogar. (...)"